Me encanta cuando una ciudad me sorprende o rompe con lo esperado. Era el año 2017 y mi pareja y yo disfrutábamos de un viaje de 7 días en Praga. Como expliqué en el post de qué ver en Praga, 3 o 4 días son más que suficientes para conocer la ciudad. Por eso, decidimos aprovechar los días que nos faltaban para visitar Viena, a unas 4 horas en autobús de Praga.
Para seros sinceros, no una, ni dos, sino tres personas me habían dicho que Viena no les había gustado mucho. Intenté no dejarme influenciar y fui con las expectativas neutras. Después de visitarla, solo decirte que es una de las ciudades a la que más cariño le he cogido y ya tengo ganas de volver. Además de en lo personal, Viena es una bellísima ciudad. Y en este post voy a explicarte las 10 mejores cosas que ver y hacer en Viena.
Cómo llegar a Viena
La mejor forma de llegar a Viena es, evidentemente, el avión. Desde las principales ciudades europeas hay muchísimas conexiones diarias y a precios económicos, por lo que el coste del billete de avión no supondrá un gran gasto de tu presupuesto.
En los últimos años, muchos viajeros han combinado en un solo viaje los destinos de Praga, Viena y Budapest. Si este es tu caso, la mejor forma para llegar a Viena desde alguna de estas ciudades es viajar en autobús o tren. ¿Cuál elegir? El tren puede ser más cómodo, pero también más caro. Y aunque tal vez creas que el tren será la opción más rápida, sorprende saber que no es así, la duración es bastante similar en ambos transportes (unas 4 horas de trayecto).
Nosotros llegamos a Viena desde Praga y escogimos el autobús. Las compañías de autobuses más populares son FlixBus y RegioJet, y ambas me han dejado muy satisfecho todas las veces que viajé con ellos. Realmente es una muy buena forma de ahorrar frente a usar el tren, y sinceramente, sigues viajando bastante cómodo: asientos suaves y declinables, baño para emergencia, wifi, servicio de comida y bebida, televisores en cada butaca, etc.
Cualquiera podría pensar que tanto tiempo en un autobús puede ser un poco agobiante (yo también lo pensaba), pero en mi caso acabé incluso sorprendido de lo agradable que se me hizo el trayecto. El precio del billete está muy bien, suele rondar los 30€ ida y vuelta.
Ahora sí, vamos a comenzar con nuestro top 10 de cosas que hacer y ver en Viena.
Palacio Hofburg, un imprescindible que ver en Viena
Exteriores del Palacio Hofburg
¡Por fin llegamos a Viena! Nada más empecemos a caminar por sus hermosas calles, nos quedaremos enamorados de la joya de Austria. La ciudad rebosa arte a cada esquina, y la verdad es que ofrece muchísimos monumentos increíbles a lo largo de todo el centro histórico. Uno de ellos es el Palacio Hofburg.
El Palacio Hofburg fue la residencia de la familia real Habsburgo durante más de 6 siglos, hasta el año 1918. Hoy en día es la residencia del presidente de la República Austriaca, el lugar más visitado de la ciudad y el palacio más grande de toda Viena.
El palacio es un complejo enorme que engloba una amplia zona en las que destaca la Platería de la Corte (lujosas cristalerías y objetos de plata y porcelana de la realeza perfectamente conservados), el Museo Sisi (dedicado a la más que extravagante emperatriz mundialmente conocida) y los Apartamentos Imperiales (incluidos los oficiales y los privados de la realeza más importante, de absoluta belleza).
El horario del Palacio es de 09:00 a 17:30 de septiembre a junio, y hasta las 18:00 en julio y agosto. El precio es de 15€ como entrada general para adultos, de 14€ para estudiantes de 19 a 25 años, y de 9€ para niños de 6 a 18 años. Además, si tenemos la Vienna Pass, la entrada está incluida en el pase por lo que el acceso será gratuito.
Escuela Española de Equitación de Viena
Sala Principal de la Escuela
Uno de los edificios más emblemáticos del Palacio Hofburg es la Escuela Española de Equitación, fundada en en 1572. Es una de las instituciones más destacadas de Viena y es conocida mundialmente por sus espectaculares caballos. La escuela está dedicada a la equitación basada en la doma clásica, con una técnica intacta desde hace 400 años.
Fue en 1735 cuando se permitió a los aristócratas jóvenes recibir clases de equitación en la impresionante sala barroca que hoy en día acoge las prácticas y representaciones de los caballos Lipizzanos.
Los caballos Lipizzanos son la raza pura con los que siempre se realizaba la equitación, y hoy en día aún se lleva a cabo la cría y doma de la especie. Como curiosidad, el color de su pelaje es negro hasta las 8 años, momento en el que se vuelven completamente blancos.
Podemos visitar la Escuela Española de Equitación de dos formas: una es a través de una visita guiada por la preciosa Escuela de Invierno y los establos de los caballos Lipizzanos. El precio es de 18 euros, y gratuito con el Viena Pass. La otra forma es acudir a uno de los espectáculos ecuestres que se llevan a cabo en un escenario tan sorprendente como este.
3. Biblioteca Nacional Austriaca, de lo más bonito que ver en Viena
Salón principal de la biblioteca
La Biblioteca de Viena es, sin duda, una de las bibliotecas más bonitas de toda Europa. Fue construida en el siglo XVIII en el reinado del Emperador Carlos VI. Tiene un estilo barroco y fue construida para servir de biblioteca de la corte. Sin duda una de las mejores cosas que ver en Viena.
La colección que alberga la biblioteca es espectacular. Nada más y nada menos que 8 millones de libros en sus estanterías, así como diversos objetos expuestos de gran importancia. El recinto es tan precioso que fácilmente nos podemos olvidar que estamos en una biblioteca y sentir que estamos paseando por un elegante museo.
La Sala Imperial es la sala principal de la biblioteca (Prunksaal) con una longitud de 70 metros. La sala es preciosa, con estatuas de mármol espectaculares, pinturas en el techo dignas de ser admiradas y estanterías llenas de libros repletos de historia. La biblioteca está situada en pleno centro de la ciudad, muy cerca del Palacio Hofburg, por lo que podemos llegar perfectamente a pie.
El horario es de lunes a domingo (excepto jueves) de 10:00 a 18:00, y el jueves de 10:00 a 21:00. El precio es de 8 euros para adultos, 6 euros para estudiantes y poseedores de la Vienna Card, y gratuito con la Vienna Pass.
4. La Ópera de Viena, un ícono que ver en la ciudad
Exterior de la Ópera
La Ópera Estatal de Viena es la más importante y conocida de todo el mundo. Hasta 1920 su nombre era «Teatro de la Ópera de la Corte Imperial y Real de Viena». A día de hoy es el centro neurálgico de la música vienesa, y uno de las mejores cosas que ver en Viena sin ninguna duda, por su gran importancia histórica.
La Ópera, conocida en Viena como Straatsoper, fue el primero de los edificios construidos del proyecto de la Ringstrasse que recorre el centro de la ciudad. Se inauguró en 1869 con una obra del mismísimo Amadeus Mozart. Aunque en mi opinión la Ópera es preciosa, tanto por el exterior como por el interior, en sus inicios los vieneses no pensaban igual. Con un diseño renacentista, fue altamente criticada por su decepción general, hasta tal punto que el arquitecto se quitó la vida debido a la presión del fracaso de su obra.
Te estarás preguntando, ¿se puede acudir a un concierto en la Ópera? Podríamos pensar que una entrada no está al alcance de cualquier bolsillo, pero nada más lejos de la realidad. Por solo 4 euros, podemos acudir a un concierto en la opera vienesa. Eso sí, estando de pie sin butaca y teniendo que hacer cola durante ciertas horas. Para ventas anticipadas y asientos numerados, el precio ya puede subir hasta los 150 euros. Si queremos conocer la Ópera pero no nos interesa asistir a un concierto, podemos conocer la joya arquitectónica a través de visitas y tours guiados.
5. Stadtpark, el parque más bonito que ver en Viena
Estatua de Johan Strauss
En Viena podemos encontrar muchísimos parques y zonas verdes, y todos preciosos. Sin embargo, el Stadtpark es el más bonito y conocido de todos. Se encuentra en pleno centro de la ciudad, a muy pocos pasos de la Ópera, y tiene una dimensión de 65.000 metros cuadrados. Vamos, ¡que podemos dedicar muchas horas a perdernos por sus caminos!
El parque fue abierto al público en el año 1862, siendo así uno de los parques más antiguos de la ciudad. Hoy en día, es el parque más concurrido tanto por locales como por turistas. Podemos encontramos runa variedad enorme de plantas y flores por todo el parque, así como muchísimas muestras de inspiración de estilo inglés, muy atrayente y especial.
El monumento más importante del parque es la estatua del reconocido compositor austriaco Johan Strauss. Es una estatua de bronce realizada en 1921 para rendir tributo al artista, y la podemos encontrar muy cerca de la entrada principal del parque.
6. La Ringstrasse, la avenida que ver en Viena
Ayuntamiento de Viena
La Ringstrasse es, indudablemente, la avenida más famosa de toda Viena, y una de las más importantes de toda Europa. Se construyó exactamente donde estaba la antigua muralla de la ciudad. A través de ella, podemos conocer todos los principales edificios y monumentos de Viena. Es una avenida circular que rodea el centro de la ciudad y separa los barrios de Hofburg y Stephansdom de todo el resto de la capital.
¿Y qué edificios importantes podemos encontrar en la Ringstrasse? La verdad es que muchísimos, pero a destacar los siguientes: el Palacio Real Hofburg, el Ayuntamiento, el Parlamento, la Bolsa, el Burgtheater, la Universidad, la iglesia Votiva, el Museo de Historia Natural y el Museo de Historia del Arte.
Sin duda la Ringstrasse es una de los mejores paseos que puedes recorrer en la ciudad, y una de las mejores cosas que ver en Viena, ya que podemos encontrar los principales atractivos arquitectónicos en este bulevar recorrido a pie.
7. El Palacio de Schönbrunn
Jardines del Palacio Schönbrunn
El Palacio Schönbrunn es tan precioso que es conocido como el Versalles vienés. Es una de las obras arquitectónicas más importantes de toda Viena, tanto histórica y culturalmente como por su belleza visual. Es una de las principales actividades turísticas desde el siglo XIX y ha aparecido en varios filmes cinematográficos y documentales.
Las habitaciones del palacio están decoradas con un estilo rococó, muy especial, y podemos encontrar habitaciones muy pretenciosas como los salones oficiales, o cuartos que destacan por su sencillez como los dormitorios que pertenecieron a Francisco José y la emperatriz Isabel. Otras de las salas más importantes son la Gran Galeria donde se celebraba los banquetes imperiales; el Salón Chino Circular donde se mantenían conversaciones privadas; el Salón del Desayuno o el Salón Chino Azul, donde abdicó Carlos I en el año 1918.
No podemos perdernos los jardines del palacio, paseando por sus caminos infinitos llegando a la Glorieta, una colina desde donde sacaremos unas fotos con vistas estupendas del Schönbrunn. Además, podemos visitar el Museo de Carruajes Imperiales, o el Tiegarten, el zoo más antiguo del mundo.
El horario del Palacio Schönbrunn varía a lo largo del año. Siempre abre a partir de las 8:30, pero cierra entre las 17:00 y las 18:30 dependiendo del mes del año que lo visitemos. En verano cierra más tarde y en invierno más temprano. El precio varía entre los 16 y 26 euros según queramos visitar solo el interior del palacio, el laberinto, la Glorieta, etc. Si disponemos del Viena Pass, la entrada es gratuita.
8. El Palacio Belvedere
Jardines del Palacio Belvedere
Por último, uno de los imprescindibles que ver en Viena y que no puedes perderte es el Palacio Belvedere. Es conocido como uno de los 3 palacios más importantes de Viena, junto con el de Hofburg y el Schönbrunn. En sus inicios se construyó como residencia de verano del Príncipe Eugenio de Saboya.
El conjunto del Belvedere está formado por dos palacios unidos por un enorme jardín francés muy bonito. Has de tener en cuenta que precisamente el jardín y el exterior del palacio es su principal atractivo, ya que hoy en día el interior está convertido en un museo de arte, y no queda nada de la decoración que fue en el pasado. No obstante, merece la pena contemplar su fachada exterior y darse un paseo tranquilo por sus alrededores.
El horario es de 10:00 a 18:00 todos los días, cerrando los miércoles a las 22:00 la parte de Bajo Belvedere donde se exhiben obras de artistas de la Edad de Oro de Viena. El precio es de 22 euros para todo el complejo, y de 19 euros para estudiantes y mayores de 65 años. Para menores de 18 años y poseedores del Viena Pass, la entrada es gratuita. Como consejo, os podemos recomendar que si solo deseáis dar un paseo por los jardines y observar la fachada exterior, no es necesario pagar ninguna entrada, podemos acceder por las entradas laterales sin problema.
9. Iglesia de San Carlos Borromeo
Exterior de la espectacular iglesia
En Viena podemos encontrar muchísimas iglesias importantes alrededor de toda la ciudad. No obstante, la Iglesia de San Carlos no suele ser una de las más populares a visitar, tal vez por no encontrarse dentro de la famosa Ringstrasse. Sin embargo, para mi fue toda una sorpresa, ya que me pareció preciosa y espectacular. Estuvimos más de 30 minutos sentados admirándola.
La iglesia fue construida en el año 1713 por el Emperador Carlos VI, quien prometió construir una iglesia en honor al patrón de la lucha contra la peste si la ciudad superaba dicha epidemia. Tardaron 25 años en construirla, pero mereció la pena sin duda alguna. Se encuentra muy cerca del Palacio Belvedere, por lo que puede ser buena idea aprovechar la visita para ver ambos monumentos.
En el interior podemos encontrar pinturas preciosas realizadas en el techo de la cúpula de la iglesia. El horario de entrada a la iglesia es de 9:00 a 18:00 de lunes a sábado, y de 12:00 a 19:00 los domingos y festivos. El precio de la entrada es de 8 euros para adultos, 4 euros para estudiantes y gratuita para los menores de 10 años.
10. Kärntner Strasse, la calle que ver en Viena de noche
La calle cobra vida cuando cae la noche
Aunque nosotros la visitamos de noche, de día también es una de las calles más bonitas de la ciudad. De hecho, es la calle principal del centro de Viena. Podemos encontrar muchísimas tiendas importantes así como una gran oferta de restaurantes para comer o cenar. También encontramos mucha oferta hotelera, aunque debido a la localización inmejorable los precios suelen tender a ser elevados.
La Kärtner Strasse me parece el sitio perfecto para pasear cuando cae la noche, y dejarnos llevar por sus luces y preciosas avenidas. No puedes perderte ver la estatua del Archiduque Karl, muy impresionante estando en medio de la avenida. La calle deriva en la Stephansplatz, la plaza céntrica de Viena donde podemos encontrar la enorme e imponente Catedral de San Esteban, una de las más importantes de la ciudad.
Hasta aquí nuestra recomendación de cuáles son las 10 mejores cosas que ver en Viena. ¿Qué te ha parecido? ¿Has estado en Viena? ¿Añadirías alguna más? Cuéntanos en los comentarios, ¡te leemos!
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